Tratamientos de las orquídeas

Por: Ing. Agr. Alberto Saguier Antebi email: americanlifes@hotmail.com

La orquídea es una planta muy fácil de cultivar, pero tiene sus requerimientos; por ejemplo, el riego debe efectuarse cada vez que se observa mucha sequedad en el sustrato, con agua de lluvia de ser posible, y se la debe suministrar periódicamente nutrientes. La sanitación puede realizarse con fungicida de contacto o sistémico para evitar el ataque de hongos.

La clave para que la orquídea prospere vigorosamente y que cada año florezca en forma admirable consiste en conocer los requerimientos adecuados de cada variedad en cuanto a riego, luz y temperatura, ya que difieren drásticamente. Además de todo esto, periódicamente es conveniente proporcionarle nutrientes adecuados para la especie con formulaciones de acuerdo a las diferentes etapas: enraizamiento, crecimiento y floración; igualmente es conveniente hacer fumigaciones periódicas que no sean la de reposo, cada 15 días aproximadamente.

La sanitación de esta planta puede realizarse con fungicidas (de contacto o sistémico) para evitar el ataque de hongos, los que deben aplicarse con frecuencia en época de mucha lluvia. También puede emplearse un insecticida de jardín para contrarrestar el ataque de arañas, hormigas y Trips. Pero lo más importante es mantener el orquidario en buenas condiciones de higiene y limpieza, que ayuda eficazmente a evitar complicaciones de esta índole. El tratamiento preventivo es muy importante.

MULTIPLICACION CASERA DE CATTLEYAS

Tomemos la planta que se desea dividir y no la fraccionemos con menos de cuatro seudobulbos cada porción, cuidando de no estropear las gemas durmientes que cada bulbo posee en su parte inferior y a ambos lados.

Es recomendable preparar la maceta cuya altura en una proporción de un tercio debe estar rellena con cerámica rota para garantizar el drenaje de dicho pote, colocando el xaxim en pequeños trozos sobre la cerámica. Posteriormente se debe ubicar la planta sobre el xaxim, cuidando que el bulbo más viejo quede junto a la pared de la plantera, de ser necesario se debe colocar un tutor para garantizar un crecimiento de porte elegante.

Por último se debe ajustar la planta en la maceta con trozos de xaxim, sin que el sustrato resulte muy duro para facilitar el rápido enraizamiento de la planta.

Observación: La planta debe ser cultivada sobre el xaxim y no quedar atrapada por este, en caso necesario se puede emplear una pequeña grampa de alambre para asegurar la porción de la planta. Es conveniente no mover de lugar a las plantas recién cultivadas hasta observarse un buen enraizamiento y regar con chorros suaves de agua para evitar que lo mueva.

RIEGO

- Las orquídeas, en su mayoría, toleran más la sequía que los periodos de mucha lluvia. En nuestro país, debido a los veranos muy calurosos, podemos regar todos los días, no así en invierno, sobre todo en un invierno muy frío y húmedo.

- Una leve humedad será ideal para la planta.

- Solo se debe regar la orquídea cuando el xaxim está completamente seco.

- Los chorros de agua suaves son ideales. Los aplicados con violencia solo causan problemas.

- El agua de lluvia es la mejor que existe para la planta, siempre que no sea en exceso.

VIVERO

- De preferencia, el techo del vivero debe ser cubierto con material transparente.

- Cuando se construye el orquidario, se deben tener en cuenta los siguientes factores:

* Lugar bien aireado.

* Lo más soleado posible.

* Los listones de la parte superior deben ser clavados en sentido norte-sur.

* Los listones laterales deben tener el mismo intervalo que su ancho (5 cm.) para plantas adultas, y 2,5 cm. para las plantas chicas.

* El lapacho es una buena madera para resistir más tiempo la podredumbre.

* La altura adecuada es de 2,80 a 3,50 m., la cual permite el uso de mesadas y que las plantas también puedan ser colgadas.

* El aireamiento sin la incidencia de corrientes de aire directa es muy importante.

* Cuanto mayor número de horas su orquidario es alcanzado por la luz solar, mejor para sus orquídeas.

ABONO

El alimento de las orquídeas, como todos los vegetales, es el abono, el cual se debe suministrar en dosis homeopáticas y en periodos bien intercalados.

Una vez realizada la abonación cada 20 a 30 días se debe realizar una pulverización foliar usando una bomba de flit común. Después de esa aplicación se la debe regar con agua común por 48 horas.

PLAGAS, HONGOS E INSECTOS

Las orquídeas están sujetas al ataque de diversas plagas, hongos e insectos nocivos que acostumbran atacarlas. Ningún tratamiento es efectivo por sí solo, es decir que siempre se requerirá de otros factores, como la higiene y la limpieza.

La precocidad de servicios es importante, el cambio de productos cada año es también vital para evitar el acostumbramiento y resistencia a un determinado producto. Es por eso que debe llevarse un registro del producto usado y la fecha del servicio para poder hacer efectivo el control y facilitar el tratamiento en caso de una ingestión o intoxicación accidental


En este y otros mensajes os copio varios articulos sobre el cultivo de las orquideas, que quizas algunos ya conozcais, que me parecen interesantes y pueden ayudaros en el cultivo


EL RIEGO EN LAS ORQUIDEAS
“¿Cuándo debo regar mis orquídeas?”.

Es la pregunta que más veces he oído de boca de todos los principiantes; siempre formulada con cierta aprehensión, ya que pronto se han enterado que el exceso de agua es la manera más rápida y segura de “liquidar” las plantas de orquídeas.

Quisiera poder enunciar una regla, ley, o teorema que sirviera como solución simple al problema de cuándo debemos regar nuestras plantas, pero no existe. La irrigación correcta es una habilidad que desarrollamos al conjugar de manera armoniosa nuestro conocimiento de las plantas y del ambiente en que las tenemos. Debemos ser curiosos observadores del estado y “comportamiento” de nuestros seres vegetales favoritos como parte esencial del desarrollo de la habilidad que evite ahogar o secar las plantas.

FACTORES QUE DETERMINAN EL RIEGO:

Existen 5 factores que determinan las necesidades de agua de sus plantas y son los siguientes:

1. El tipo de Planta: Cada género y frecuentemente cada especie, posee necesidades particulares de irrigación.
2. Qué está haciendo la Planta: En el ciclo anual de crecimiento de las plantas cada estadio presenta necesidades diferentes.
3. El tiempo (clima): En el devenir de los meses se presentan condiciones climatológicas diferentes. Cada temporada trae sus propias temperaturas, lluvia o sequía, vientos y luz solar.
4. Microambiente: Es el pequeño mundo en el cual cultivamos nuestras plantas. El tipo de invernadero (orquideario); la clase y tamaño de recipiente, canasta o placa de helecho macho o corcho; el tipo de medio en el cual sembramos (medio es el material que usamos para sembrar las plantas); influye para regular la frecuencia del riego.
5. Nuestros gustos personales y maneras: Existe un amplio rango (o capacidad de adaptación) con respectos a las necesidades de agua luz y temperatura de la mayoría de las orquídeas comerciales, y en especial de los híbridos, lo que permite la expresión de nuestros gustos personales y maneras sin afectar las plantas. Esto siempre dentro de límites razonables y con abundantes excepciones.

Procedamos a discutir ampliamente cada uno de estos puntos:

1. El tipo de Planta: Las necesidades hídricas de las plantas varían de una especie a otra. Los cactus toleran y exigen muy poco agua y por el contrario los helechos necesitan mucho riego, aunque ambos grupos presentan excepciones a esta regla. Asimismo, diferentes orquídeas necesitan diferentes cantidades del líquido.


En algún lugar, me enteré que los ingleses tienen un dicho para expresar las peculiaridades del consumo de agua de tres géneros de orquídeas . “Si crees que tu Cattleya necesita agua hoy, riégala mañana; si crees que tu cymbidium necesita agua hoy, riégalo hoy, pero si crees que tu paphipedilum necesita agua hoy, debiste de haberlo regado ayer”.
Es peligroso pensar que las necesidades de agua sólo es necesario tratarlas a nivel de género o grupo; o sea que podemos decir tal género o grupo necesita tal cantidad de riego y ya. No, debemos con mucha frecuencia, ser específicos, es decir, conocer la necesidad de cada especie ya que se presentan excepciones a la regla y en los grupos grandes no es fácil hacer generalidades. Por ejemplo, Cattleya bowrigiana, bella orquídea de Guatemala y Belice, crece en las rocas de los precipicios y cañadas. Algunos afirman que esta planta crece tan cerca de las cascadas que están constantemente rociadas por agua. Esta descripción del habitat de la especie nos señala que ésta gusta del sol, por el lugar expuesto en que crece. Del agua, por su cercanía a ésta podemos decir que el buen drenaje al cultivar esta planta es importante, porque ¿qué puede tener mejor drenaje que un barranco? Las necesidades o exigencias de agua de la Cattleya bowringiana son mayores que las de sus congéneres (las otras especies de Cattleya).
Es bueno hacer notar que las especies obligadas por la selección natural, se adaptan a determinados ambientes (o perecen) y que estas adaptaciones vienen impresas en el acervo genético de cada individuo y que cuando usted lleva a cultivo esta planta, es necesario proveerle un ambiente parecido al original.
Por tanto, es importante que usted esté consciente de que las necesidades o exigencias de agua varían de especie a especie y que a veces no podemos generalizar. Pronto usted averigua que de las dos plantas que usted tiene, A y B, A necesita mucho agua y B poco agua. Un error muy común es pensar que en el momento de regar vamos a usar poca agua con B y más cantidad con A. La diferencia de riego entre A y B no viene dada por la cantidad de agua que usamos. Al regar hay que hacerlo en abundancia, permitir que el agua llene el pote y desague, y repetir esto durante varios minutos.
Las plantas de escaso riego y que están siendo cultivadas en potes necesitan que el medio de cultivo se seque completamente antes de volver a ser regadas. Las diferentes necesidades de agua al cultivar en potes o tarros vienen dadas por la sutileza de qué tan seco está el medio antes de volver a regar. En los paphiopedilum el medio nunca debe secarse y en las Cattleyas debe estar ligeramente húmedo o a penas seco antes de volver a regar. ¡no se asuste! Ahora todo parece complicado, pero esto se vuelve instinto según conozcamos las plantas y nuestro ambiente. Mientras usted desarrolla esta habilidad use esas “triquiñuelas”: tome el peso del pote cuando esté recién mojado y observe cómo pierde peso el pote según el agua se evapora y es utilizada por la planta. Otra manera es, introducir el dedo en el centro del tarro a una profundidad de 3-5 cms. (1 a 2 pulgadas) y con la yema del dedo palpar que tan húmedo está el medio. Este truco le ayudará a no dejarse engañar, si la parte superior del medio luce seca, unos cuantos centímetros más abajo puede aún estar mojado.


2. ¿Qué está haciendo la Planta?: Las plantas usan el agua para la fotosíntesis y para disolver sales minerales necesarias para su crecimiento. Cuando una planta se encuentra en crecimiento activo su demanda de agua es mayor que cuando tiene sólo flores o se encuentra “descansando”.
Esto de que la planta se encuentre descansando merece más explicación. Como ya hemos mencionado, todos los seres vivos que habitan determinado ambiente deben adaptarse a las características particulares de este o perecen. Las plantas, por ejemplo, están obligadas a desarrollar mecanismos que les permitan sobrevivir las peculiaridades de la sequía de cada hábitat (si es que hay estación seca). Las respuestas evolutivas que permiten salvaguardar la integridad de los individuos de las especies vegetales a través de una temporada de escasa lluvia son tan diversas como la vida misma.
Algunas especies de plantas anuales nacen, crecen y florecen rápidamente en la estación lluviosa y al llegar la sequía mueren, pero sus semillas quedan en latencia (“descansando”) esperando las primeras lluvias para iniciar de nuevo el ciclo. Otras plantas entran en un letargo, a veces acompañados de la pérdida del follaje. Las lluvias “despiertan” estas plantas que aprovechan abundancia del líquido vital para crecer y florecer. El nefasto coquillo (Cyperus rotundus), esa mala hierba que tanto importuna en nuestros jardines, seca su follaje cuando escasea el agua, pero permanece viva, bajo tierra, su “bulbillo” redondo que le da el nombre (coquillo), y que renace al haber suficiente humedad. Existen orquídeas que para sobrevivir adoptan un medio de vida parecido al coquillo.
Entre las orquídeas favoritas de los aficionados se encuentran los dendrobiums de Asia Tropical. En esta región geográfica, la frecuencia de lluvia anual presenta un verano donde llueve torrencialmente cada día, y un invierno donde la lluvia escasea. Por consiguiente, en otoño los dendrobiums de esta región entran en un letargo que se caracteriza por la pérdida del follaje y cese del crecimiento. Al llegar la primavera se reinicia el crecimiento y florece la planta.
Para lograr cultivar con éxito las orquídeas, el aficionado debe observar cuando terminó de crecer la planta, y el momento en que el follaje comienza poco a poco a tornarse amarillo y caer. En este momento debe reducir el riego (recuerde que recurrir el riego significa reducir la frecuencia y no la cantidad de agua que echamos en una ocasión).
Quizás algunos de ustedes se pregunten: ¿De qué manera conocen las plantas el calendario para saber cuándo deben entrar en el letargo? Pues bien, las plantas tienen un reloj interno que se sincroniza con el ambiente a través de varios parámetros: temperaturas, duración de la noche y otros. Por tanto, al hacerse cada vez más largas las noches, en otoño, las plantas inician el mecanismo de letargo. Esta es una información muy valiosa para el cultivador por lo siguiente.

a) Aunque usted no suspenda el riego, la planta tratará de entrar en el letargo ya que existen parámetros ambientales que la obligan a ello y que usted no controla (la duración de la noche). Si usted continúa regando como de costumbre, corre el riesgo de pudrir su planta y en algunos casos “desfasar” el reloj interno y entorpecer la floración.
b) Según la latitud donde se encuentre la planta el reloj internos se sincronizará de manera diferente. Recordemos que la duración de la noche varía según la estación, pero también varía según la latitud. Es por esto que puedo decir que para los dendrobiums que exigen “descanso” en invierno, en Santo Domingo, éste se inicia a más o menos a finales de octubre y principios de noviembre.

Estos principios son válidos no sólo para los dendrobiums, que han sido un mero ejemplo, sino para muchas otras orquídeas y plantas que entran en un letargo como una adaptación al medio.

3. El tiempo (clima): El clima y su manifestación diaria, el tiempo, influye en el riego que debemos dar a nuestras plantas. La lluvia, la luz solar, la temperatura, la humedad relativa del aire y el viento, elementos que conforman el tiempo, influyen en las necesidades de agua de las plantas y la rapidez con que se evapora ésta. Para facilitar la explicación, separemos los diferentes factores antes mencionados, con la salvedad, de que en la realidad están íntimamente ligados y toda separación es artificial.

a) Lluvia: La lluvia influye según se tenga un “techo” que la deje pasar o no. Si su instalación posee un “techo” de fibra de vidrio, plástico translúcido u otro material que detenga el paso del agua, entonces usted debe aplazar el riego un poco cuando está lloviendo. Si la lluvia continúa por varios días, debe monitorear las plantas para conocer el contenido del agua del medio y actuar conforme. Si en su instalación nada detiene la lluvia, todo dependerá de la cantidad y frecuencia de los aguaceros, y tendremos que aplicar funguicidas para evitar las enfermedades por hongos como consecuencia de la humedad constante.

Los tailandeses, grandes cultivadores e hibridadores de Vandas, saben que tendrán que lidiar con precipitaciones torrenciales en el verano (monzones) y no colocan medio en las canastas donde cultivan las Vandas. El no colocar medio, les permite a las raíces secarse en muy poco tiempo y de esta manera no se pudren las plantas. En invierno, cuando las lluvias escasean, deben entonces regar dos veces al día, ya que las raíces no tienen medio alguno que ayude a retener la humedad que el aire seco evapora rápidamente. Es por eso que plantas de Vandas que se compran a Tailandia llegan si medio. Observe que los “Tai” saben las necesidades de las Vandas: luz en abundancia, buena ventilación y gran cantidad de humedad; y son conscientes de sus condiciones ambientales: monzones en verano, sequía en invierno,

b) Luz: En los países templados la variación estacional de la luz solar es algo notorio, no así en los trópicos donde la luminosidad solar tiende a ser constante. Mientras más luz demos a nuestras plantas, dentro del rango tolerable, más agua éstas necesitarán ya que se aumenta la fotosíntesis y se eleva la temperatura, propiciando la evotranspiración (el sudor de plantas). En los días nublados se debe postergar el riego.

c) Temperatura: Como es obvio, a mayor temperatura, mayor evaporación y consumo de agua, y a menor temperatura, menor evaporación. La temperatura presenta un rango estrecho de variación anual en los trópicos, especialmente a baja altitud. El efecto de la temperatura se intensifica o aminora de acuerdo a la humedad relativa del aire y el viento. Mientras más baja humedad relativa haya y más viento, más se deshidratan las plantas. El viento seco y caliente es terrible, evapora agua y causa daños a muchas plantas tiernas. Cuando haga calor y la humedad relativa del aire sea baja, vigile sus plantas contra los ácaros.

d) Humedad Relativa del Aire: No se debe confundir con la lluvia porque son dos cosas diferentes. La humedad relativa del aire es la razón entre la cantidad de vapor de agua existente en el aire y la cantidad que saturaría este aire a una temperatura dada; se mide mediante el higrómetro y se expresa en porciento. Las orquídeas necesitan una alta humedad relativa, algunas más que otras. La humedad relativa del aire intensifica o disminuye el efecto del calor y el viento.

En resumen, debemos aprender que el riego debe variar conforme a las condiciones climatológicas, no es una receta para aplicar todas las semanas por igual. Cada estación, aún en los trópicos presenta peculiaridades que debemos interpretar en términos del riego.

4. Microambiente: El clima es modificado por cómo y dónde cultivamos nuestras plantas; esto es lo que podríamos llamar microambiente. Si usted tiene sus plantas al descubierto; es decir, bajo un árbol, en la esquina de su patio o terraza, éstas (las plantas) estarán más a merced de los elementos y su manera de cultivarlas debe proveer respuesta a los problemas que éstos puedan crear.
Una edificación, llámese orquideario, provee de más protección y restringe permite
cierto control sobre la lluvia, luz y viento. El riego será diferente para un cultivador al aire libre y para otro que usa un invernadero. Entre las personas que tienen orquideario, el riego variará según el “techo”, posición con respecto a obstáculos que proyecten sobras y los ejes cardinales, así como qué tan “abiertas” sean las paredes”.
Otro factor crítico, es el tipo y tamaño de placa o recipiente que usemos para sembrar las plantas. El material de que esté hecho la placa (helecho macho o corcho), y el medio (osmunda, raíz he helecho arborescente, etc.) que usemos es parte de la ecuación también.
Examinemos primero las placas, son de diferentes materiales, corcho, raíz de helechos arborescentes (helechos machos, tree-fern), madera y sinfín de otros productos. Las placas deben siempre estar colgadas. Las raíces de las plantas adheridas a placas secan rápidamente y en la mayoría de casos necesitan riego diario.





Los recipientes pueden ser canastas o potes. Huelga decir, que las canastas permiten un drenaje rápido y evaporación del agua. Los potes pueden ser plásticos o barro. El barro sin esmaltar es poroso y permite la evaporación del agua, mientras que el plástico no, consecuencia, se riega más en pote de barro que en pote de plástico. Los recipientes pequeños se secan más rápidamente que los grandes, esto se traduce que mientras más pequeño es el recipiente más frecuente es el riego, y mientras más grande menos frecuencia.
Los diferentes medios que se usan poseen diferente capacidad de retención de humedad. Son tan numerosos los medios y sus combinaciones que cada aficionado debe comprobar por sí mismo estas diferencia.
Si temporalmente cambiamos de microambiente a una planta, el riego debe también variar. Existen personas que han podrido las raíces de sus plantas cuando éstas florecen y las llevan al interior de sus casas y no percatarse que el ambiente es muy diferentes y continuar con el mismo programa de riego.

5. Gustos personales: Sé que este punto puede levantar muchas controversias, pero estoy convencido de su validez. Me refiero al hecho de que los híbridos toleran una gran variedad de tratos y que se adaptan bien dentro de un cierto rango. Esto trae consecuencias prácticas que procedo a explicar. He tenido problemas cuando plantas acostumbradas a poco riego pasan a formar parte de mi colección donde se riega en abundancia. Así mismo, mis plantas han sufrido al entrar en nuevas condiciones de escasa irrigación al cambiar de dueño. En ambos casos, eran plantas sanas y saludables a las que las condiciones de riego parecían sentarle bien. Pero se han adaptado a ciertas condiciones y necesitan un tiempo para ajustarse a las nuevas maneras.

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